El Hoxton Hotel de Londres (mapa) ofrece habitaciones por 1 libra (aproximadamente 1,5 euros). Y no se trata de literas para compartir con 27 o de un cuchitril, sino de habitaciones modernas, con servicios de un hotel de 3 estrellas. La idea es ofrecer un hotel de calidad a un precio razonable.
El hotel, en funcionamiento desde septiembre del 2006, ha revolucionado un poco el carísimo mercado hotelero de Londres. Está impulasado por Sinclair Beecham, un empresario británico dueño de la cadena Pret a Manger, muy popular en el Reino Unido (y que en España inspiró a Fresh & Ready, del grupo Pans and Company).
Trabaja con un sistema de precios similar al de las líneas aéreas de bajo coste: ofrece ocasionalmente una pocas habitaciones a 1 libra, otras a 29, a 39, a 59, a 99... El hotel tiene un estilo desenfadado. Por ejemplo, el cartel de 'no molestar', en vez de 'do not distub' dice 'give away'.
Y el precio de la habitación incluye el desayuno (menú único: un zumo de naranja, un platano y un yogur con cereales) en una bolsa que dejan colgada de la puerta (antes de dormir hay que dejar en el mismo gancho la bolsa vacía y marcar la hora a la que la llenarán), wifi gratis, tv plana con canales por cable, champús, toallas, un colchón supercomfortable, diarios gratis (The Guardian), una chaise-longue... Además, cada día, en la nevera hay 1 litro de agua mineral y un brik con 1/4 l de leche fresca.
Lo que no hay: minibar (pero en la recepción venden lo mismo que puede haber en él, a precios de una tienda normal, no a 4 euros por un kitkat), decenas de toallas, mucha gente en la recepción, un buffet de desayuno de 25 euros,
Tal vez tres pegas. Una es el ruido: si las habitaciones dan a la calle, se oyen los coches y si dan al interior, se oyen la gente de la terraza del bar del hotel, muy concurrido todas la noches.
La segunda es la ubicación. Está en un barrio un poco frío, cerca de la estación de Old Street, un poco lejos del centro, aunque cercano a Liverpool Street, a Spitalfields y a Brick Lane, y la calle no es muy acogedora. Por la noche, da un poco de respeto.
La tercera es la privacidad. No hay cortinas translúcidas, sólo opacas, por lo que si se quieren evitar las miradas de los vecinos (especialmente en las habitaciones que dan al interior), lo único que se puede hacer es cerrar las cortinas y encender la luz.
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wow it is fantastic
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