Playas peligrosas

Siete millones de personas enferman después de visitar una playa de EEUU, según una estadística recogida por la revista 'National Geographic Adventure'.
Visitar las playas puede ser una actividad de riesgo. Y no sólo por la paella del chiringuito o el móvil con altavoz del grupo de al lado, sino por otros factores raros.

Las plagas de medusas son cada vez más habituales en las playas. Seguramente, porque hay menos peces que se las comen y porque el mar está más caliente. Y aunque su picadura o su roce no es mortal, sí que es molesto. Y la picadura puede llegar a ser mortal (tal como dice Montse en un comentario).

La arena también suele estar sucia, porque la gente en sí es un poco sucia. Enterrados en la arena puede haber colillas, botellas rotas, condones o residuos orgánicos que, seguramente, si durante su estado de degradación entran en contacto con la piel, pueden provocar infecciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que las playas alojan en general muchos patógenos: bacterias, hongos, parásitos y virus.

El agua tampoco se salva. Aparte de que la misma irresponsabilidad higiénica de la gente puede afectar al agua, ahí también llegan restos desde los sistemas de depuración de residuos de los núcleos urbanos. O, por ejemplo, en el Maresme es frecuente que después de lluvias de cierta intensidad, las rieras arrastren a las playas y al mar barro, sofás, coches y otros elementos extraños.

Por otro lado, también es arriesgado tomar el sol. Se dice que la radiación ultravioleta es más intensa que hace unos años, tal vez por una debilitada capa de ozono, y se necesitan cremas con niveles de protección más elevados. Pero también debe de tener algo que ver la menguante exposición al aire libre de las personas, que cada vez pasan más tiempo en interiores (casas, coches, transportes, oficinas...) y en microclimas con aires acondicionados.

Esa acción humana de tomar el sol tiene, además un efecto dañino sobre el medioambiente. Según un estudio de la Universidad de Pisa dirigido por Roberto Donavaro y publicado en la revista científica 'Environmental Health Perspectives', el 25% de la crema solar que se pone en el cuerpo acaba desprendiéndose en el agua, y allí se convierte en una sustancia viscosa compuesta de hasta 20 raros productos químicos. Solamente en las zonas con arrecifes de coral, eso significa de 4.000 a 6.000 toneladas de producto químico que va a parar encima de los arrecifes. El estudio universitario relaciona esa pasta con algunas infecciones víricas que provocan destrucción del coral. La opción para combatir esto es adquirir cremas solares biológicas biodegradables. Pero mientras no se generaliza el uso, conscientes del riesgo, dos parques marinos con coral de México han prohibido o desaconsejado el uso de las cremas tradicionales.

Lo mejor de todo esto es que la mayoría de estos riesgos y suciedades se pueden evitar. Está en nuestra mano que el único riesgo real sea realmente la terrible paella playera.

2 comentarios :

  1. Gracias por todo un conjunto de datos (interesantes y raros, que lo es que se espera de un lugar como este) para auto-justificarme el porqué todavía no he ido a la playa en todo el verano.

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  2. Hay una especie de medusa, en Australia, cuya picadura sí es mortal, si no me equivoco.
    Y una amiga bióloga me enseño una vez imágenes de unos peazo gusanos que viven bajo la arena de la playa. Más argumentos para no ir a la playa.

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