Boston no tiene el atractivo de Nueva York ni es tan vibrante como la gran manzana y tal vez no justifique por ella misma un viaje a EEUU. Pero es un buen lugar para pasar unos pocos días, ya sea en el núcleo urbano o en la región que lo rodea.
Un núcleo antiguo
Boston es una de las ciudades más antiguas de Estados Unidos y eso se refleja en la trama urbana, difícil para los coches en el casco antiguo. La mejor forma de visitar la ciudad es a pie. El centro es bastante compacto y no hay grandes distancias que recorrer.
La red de transporte, llamada 'la T', de metro y autobús, ofrece unas buenas conexiones, especialmente los días laborables. Y como ciudad portuaria que es, también existe una red de ferries. En general, la ciudad tiene unas dimensiones y un aire más europeo que Nueva York.
El tren de la bruja
Para un turista que quiera moverse por su cuenta en transporte público, seguramente la opción más buena y sencilla es comprar un pase de 7 días (el Week LinkPass), aunque se esté menos tiempo en la ciudad: puede rentabilizarse en sólo 2 días. Cuesta 15 dólares (otoño del 2008), y ofrece viajes ilimitados en metro, autobuses locales (los que tienen números inferiores al 200), trenes de cercanías (zona 1) y algunos ferries. Se puede comprar en cualquier máquina automática del metro (con menús en español).
Este abono ahorra preocupaciones por el crédito restante en las tarjetas de prepago (CharlieCard, una tarjeta de plástico reutilizable con un chip al que se puede añadir dinero para pagar viajes sueltos o pases mensuales; o Charlie Ticket, la versión en papel, no recargable).
Una vez elegido el sistema de pago, es imprescindible un viaje en la línea verde del metro (las líneas se denominan según el color). El trayecto en la línea de metro más antigua de EEUU es tremendo, en algún punto parecido a la atracción del tren de la bruja: curvas constantes, espacios mal iluminados, apariciones de luces sorprendentes (eso sí, no hay sustos). Algunas estaciones parecen sacadas de un documental de búnkeres de la 2a guerra mundial.
Una trampa del mapa del metro: existen unas líneas plateadas ('silver line'), que en realidad son autobuses con menos paradas. El transbordo del metro a esas líneas se hace saliendo a la calle y yendo a la parada del autobús. Hay una Silver Line que llega al aeropuerto, lo que no quiere decir que llegue el metro al aeropuerto. Desde las terminales, la Silver Line es un autobús que va al centro. Para coger el metro real, hay unos autobuses lanzadera gratuitos hasta la estación Airport de la línea azul.
Una propuesta de visita en dos días
Para orientarse, cualquier folleto de una empresa de tours por la ciudad, disponible en cualquier hotel, contiene un mapa gratis. En la ciudad hay varias empresas que ofrecen tours guiados con la posibilidad de ir subiendo y bajando por el camino. La competencia es fuerte.
La opción insólita y divertida son los Boston Duck Tours, un recorrido cerrado de una hora y media en un vehículo anfibio, que va por tierra y por mar.
El primer día se puede recorrer el Freedom Trail, un conjunto de 16 lugares históricos vinculados con la independencia de los Estados Unidos y unidos por una línea de ladrillos o pintura roja. Parando para comer por ejemplo en el mercado Faneuil Hall, en unas 6 horas se puede recorrer. Tal vez quede tiempo por la tarde para visitar la zona comercial de Newbury Street y Copley Square.
El segundo día se puede empezar en el museo de Fine Arts, con una gran colección de arte oriental y de obras de los pintores más clásicos y de los impresionistas. La visita llevará al menos 2 horas. Se puede comer (y comprar) en el centro comercial Prudential Center y después visitar el barrio de Beacon Hill. Si todo esto se hace rápido, la tarde se puede acabar en Harvard, visitando el campus (yard), las librerías, viviendo un ambiente joven y, finalmente, cenando.
Si estamos más días...
Boston es una buena base para excursiones, tanto por cuenta propia como ajena. Por cuenta propia, es imprescindible alquilar un coche. Desplazarse en transporte público por los alrededores puede consumir mucho tiempo y necesita una buena planificación horaria. Sólo se puede plantear ir allí donde llegue el tren, pero teniendo en cuenta que en fin de semana, los servicios se reducen peligrosamente.
Por cuenta ajena, hay muchas empresas que ofrecen tours por la región. Una de ellas, Don Quijote Tours, en castellano. Nautilia, no obstante, recomienda Gray Line, una franquiciadora de tours presente en todo el mundo. Se puede reservar online. O una vez en Boston, por teléfono o en la oficina que tienen en el Transportation Building.
Los tours más solicitados, aparte del servicio a las tiendas de outlets, son los recorridos por la zona del cabo Cod (península, Nantucket, Martha's Vineyard) y, en otoño, las visitas por el interior para ver el cambio de color de las hojas de los árboles (foliage). Cuestan unos 60 dólares y duran unas 8 horas.
Si alguien quiere ver deporte en vivo, Boston es un buen lugar para ello. El rey de la ciudad es el béisbol, con el equipo de los Red Sox. Este equipo, en su ámbito, es una especie de Atlético de Madrid, capaz de lo mejor y de lo peor, con mucha historia y una afición incansable. Justo ahora (octubre del 2008), ha perdido el playoff de ascenso a primera (las World Series). Juega en Fenway Park.
Después del béisbol viene el baloncesto, con los Celtics, campeones de la última liga de la NBA. Juegan en el Garden, un estadio situado encima de la North Station. Allí mismo hay oficinas de venta de entradas. A tener en cuenta: a los partidos no se puede llevar ninguna mochila y no hay taquillas para dejarlas. Bolsos pequeños sí, pero son inspeccionados. Hay entradas desde 15 hasta 1.000 dólares.
Alojamiento
Los hoteles (y cualquier alojamiento sea bed and breakfast o albergue) del centro son demasiado caros en general. La tentación es entonces alojarse un poco descentrado. Pero esto puede ser salir del fuego para caer en las brasas. El transporte hacia afuera se ve severamente recortado o anulado los fines de semana. Hay que tener eso en cuenta para evitar esperas de horas para el siguiente tren o autobús, o largas caminatas hasta la parada más cercana con servicio. Así, si no es un hotel cerca del metro, antes de reservar, hay que comprobar muy seriamente las opciones de transporte (entre las que hay que contar las lanzaderas de los hoteles). Es raro andar 20 minutos en la oscuridad de un polígono industrial de las afueras de Boston a 3 grados, desde el tren de cercanías hasta un hotel.
Llegar y salir
La llegada en avión no ha de tener más complicación que las colas del control de fronteras. La forma más sencilla de llegar al centro es en metro, línea azul parada Airport, a la que se llega desde cualquier terminal con unos autobuses lanzadera gratuitos. Si el hotel no está en el centro, desde Logan hay autocares al norte y al sur de Boston.
El tren (línea de Nueva York) y los autocares llegan a South Station, conectada al metro. Entre estos últimos, hay que destacar la gran competencia que existe en la línea Boston-NY, con varias compañías de los llamados Chinatown buses (gestionados por chinos) y otras de bajo coste, como boltbus. Se puede viajar desde 1 dólar, y en general, no cuesta más de 20 (y si no, en la competencia habrá plazas...)
(Versión on the road del artículo. Dentro de unos días, segunda edición revisada y con links)
No me puedo imainar a quién se le puede ocurrir andar bajo cero de mdrugada por un polígono industril de Boston camino de su hotel ....
ResponderEliminarGran artículo, muy didáctico y muy útil para futuros turistas bostonianos
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ResponderEliminarNo sé si me vienen o se me van las ganas de conocer Boston.
ResponderEliminarDe lo queestoy seguro es que el viaje ha sido/está siendo toda una aventura... y de que hay ganas de leer (y ver) más.
Voy a entrar en USA por Boston dentro de un mes. Tomo buena nota de tus consejos! Qué tal está el metro para moverse con las maletas desde el aeropuerto al hotel (céntrico)? Muchas gracias.
ResponderEliminarWarmize, el metro no llega directamente al aeropuerto. Hay un bus a la estación airport de la línea azul o una cosa con trampa que ellos llaman 'silver line', que no es metro, sino un autobús con menos paradas (dentro de la ciudad también hay otra Silver Line). Seguramente tendrás que hacer algún transbordo y no todos son accesibles (con ascensores o escaleras mecánicas).
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