Muchas historias curiosas tras un vuelo en avión tienen que ver con un pasajero 'curioso'. Ya sea porque esa persona ha hablado demasiado, porque tenía una dimensión corporal poco habitual, porque algo de su cuerpo no actuaba normalmente, porque ese niño era demasiado inquieto o porque alguien había bebido demasiado.
En general, suele tratarse de pequeños incidentes sin demasiada importancia y, a veces, hasta divertidos.
Pero en las últimas semanas, algunos de esos incidentes con pasajeros ha saltado a la prensa porque han provocado que algunas aerolíneas hayan rechazado a personas por las molestias que podían causar al resto del pasaje. Oler mal, estar gordo o sentirse enfermo pueden ser razones por las que un pasajero puede ser expulsado de un avión.
¡Qué peste!
En Canadá, la compañía Jazz Air ha impedido a un pasajero volar por su fuerte olor corporal, como explica CNN. El avión estaba preparado para despegar, pero los pasajeros empezaron a alterarse por el olor de una persona, que fue calificado de "brutal". La tripulación, ante una situación que "comprometía la seguridad o el confort", actuó en el "interés de la mayoría de los pasajeros" e hizo que el oloroso hombre bajara del avión. En este caso, los trabajadores improvisaban, porque no hay ninguna reglamentación sobre los olores a bordo.
Personas de peso
De lo que si que hay alguna reglamentación es sobre el peso de los pasajeros. Ha sido muy comentada, por la relevancia pública del personaje, el caso del director de cine Kevin Smith, que fue rechazado de un vuelo de la compañía estadounidense Southwest por su "masa corporal", como explicó, entre otros medios, la BBC.
Según Kevin Smith, el caso no era una cuestión de tamaño sino de gusto. Él asegura que cabía bien en el asiento, que no molestaba a las personas de al lado, y que podía cerrar el cinturón de seguridad (los tres límites de las reglas antiobesos a bordo; vea la historia de la foto que acompaña este post). Cree que le echaron del avión porque a alguien de la aerolínea no les gustaban sus películas. De hecho, retó a Southwest a que probara que no cabía en el asiento, como le dijeron, y si lo conseguía, él donaba 10.000 dólares a una causa caritativa.
Southwest se ha disculpado ante el director, incluso vía Twitter, pero defiende la actuación de los empleados, que consideraron que Smith necesitaba dos asientos para no molestar a nadie.
Sea como sea, la discusión alrededor de este tema ha explotado, tanto por parte de los que están a favor como en contra de medidas como esa.
Uno de los datos que se aportan a la discusión es el hecho de que mientras la medida de la cintura de los estadounidenses ha crecido, desde 1960, 17,8 cm (7") entre las mujeres y 10 cm (4") entre los hombres, la anchura de los asientos se mantiene igual desde esa fecha, entre 43 y 47 cm (17"-18,5"), explica el Chicago Sun-Times. Es decir, que parte de la culpa la pueden tener las compañías por no adaptar los asientos a la realidad social. Aproximadamente un tercio de los habitantes de EEUU están considerados obesos.
Las aerolíneas piden a los 'pasajeros de peso' (se están usando muchos eufemismos) que compren dos billetes y que la compañía se compromete a devolverles el dinero de uno de ellos si quedan asientos vacíos en el avión. Es una norma ya de varías compañías en EEUU, y ahora Air France ha lanzado en Europa una propuesta similar.
Me encuentro mal...
La obesidad, en algunos casos, se considera una enfermedad. Y es la enfermedad es otra de las razones para ser rechazado de un avión, como también explica la CNN.
Muchos aeropuertos, durante la alerta mundial por gripe A, instalaron escáneres de temperatura corporal para detectar a los pasajeros con fiebre. De hecho, se sabe que las condiciones atmosféricas dentro de un avión, como la sequedad, hacer que los virus se transmitan muy fácilmente entre los pasajeros. Eso a pesar de la renovación del aire acondicionado.
Por esto ha surgido en EEUU un debate acerca de si las aerolíneas deberían prohibir volar a las personas con ciertas enfermedades. Antes de embarcar, queda al criterio del pasajero decidir si subir o no al avión. Pero lógicamente, ante los cargos por cambio de billete, casi nadie renunciaría a un vuelo si no es que no se puede mover.
La CNN explica el caso el caso de una mujer que tuvo nauseas nada más subir al avión por una reacción a unas medicinas. La tripulación la hizo bajar junto a su hija, y ni se disculparon. La señora cree que no hay unas reglas claras sobre las actuaciones ante enfermos y ve otras razones discriminatorias en la actitud, ya que era de origen iraní.
Sea como sea, quede constancia aquí de estos hechos. La única sugerencia de Nautilia es que los viajeros viajen limpios en la medida de lo posible y que mantengan los niveles de higiene durante el vuelo.
El olor a alcohol (sin control de alcoholemia) impedía en México (alguna foto tengo al respecto) subirse a autobuses/autocares... luego "himajino" que, a aviones, menos...
ResponderEliminarEl tema de ser rechazado por el olor.... ufff... no debe ser fácil... "esto, perdone, pero parece que Ud. huele rarito y...."
Lo más curioso de los casos es que no se deniega el subir a bordo (no hay controles en tierra), sino que, en general, se obliga a bajar después de quejas de pasajeros. Es el crowdsourcing viajero, rechazos 2.0.
ResponderEliminarSólo falta que hagan un "Gran Hermano Azafato" y te tengan que nominar los compañeros de fila de asientos.
ResponderEliminarEn realidad es bastante triste, ya que los motivos pueden ser bastante 'pasajeros' e incluso, no sería descartable que un grupo de pasajeros que viajaran juntos (colegio, grupos, etc.) se "pusieran de acuerdo" para decir: "el profe (o la guía) huele mal, etc..." y ya está liada.
Espero que haya un voto de calidad de la tripulación, que pueda superar las conspiraciones...
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